Beneficios de disfrutar de un campamento en la adolescencia

La adolescencia es un periodo de crecimiento y desarrollo del sur humano, no solo a nivel biológico sino también intelectual y emocional. Esta etapa de transición entre la niñez y la persona adulta viene marcada por el desarrollo de la personalidad, la adquisición de las aptitudes necesarias para establecer relaciones de adulto y asumir también funciones de adulto. Unos cambios demasiado rápidos y para los cuales se necesita un tiempo para adaptarse a ellos, lo que puede llegar a ocasionar una gran turbulencia emocional en el yo más profundo del adolescente, dando lugar a situaciones de ansiedad, intransigencia, aislamiento… a la vez que necesitan una mayor independencia y privacidad, tomar decisiones, traspasar fronteras, explorar límites o asumir riesgos y responsabilidades. Por ello, disfrutar de un viaje con sus amigos, lejos del control y vigilancia de los padres, les hace crecer en su autoestima y experimentar sensaciones y emociones que desconocían.

Una excelente idea para esta nueva etapa en la vida es comenzar por una salida, digamos controlada, en la que se deja el núcleo familiar y se convive durante unos días con unas nuevas personas, para ello es esencial la inscripción en un campamento. Los beneficios que esta “aventura” puede proporcionar son múltiples, por ejemplo:

  • Reforzamiento de las habilidades sociales y conocimiento de nuevas amistades. Estar en contacto con otros niños y niñas distintos a su círculo social más próximo, les hará entrar en un mundo social desconocido, del que independientemente de que su carácter sea introvertido, extrovertido o tímido hará que aprenda a tratar con gente nueva y desarrolle sus habilidades sociales, en la confianza de que siempre encontrará nuevos amigos que compartan sus gustos, aficiones e inquietudes.
  • Incremento de los valores de respeto y tolerancia. En estos momentos el padre o la madre no están presentes como referencia, ahora el adolescente trata las 24 horas del día con otras personas que tienen otros hábitos, costumbres o forma de ver las cosas, por lo que deberá adaptarse, a la vez que respetar las diferencias culturales, descubriendo lo que supone vivir en sociedad.
  • Trabajo en equipo. En los campamentos el “yo” queda relegado, pues se fomentan iniciativas que desarrollen el compañerismo y el respeto hacia los compañeros y donde la relación y la interactuación con los otros niños será siempre de una manera positiva procurando empatizar y conectarse con los demás, sabiendo que todos estos factores son esenciales para el desarrollo personal de cualquier persona.
  • Responsabilidad y adquisición de autonomía personal. Durante el tiempo que permanezca en el campamento, el adolescente deberá hacerse cargo de sus cosas personales o realizar labores, que muchas veces en sus propios domicilios no realizan, como hacer la cama, recoger la habitación, recoger la mesa, lavar, doblar la ropa o utilizar los servicios de lavandería de autoservicio. En este sentido, LavaTur es una de las compañías que más habitualmente trabajan con campamentos y es que el uso de sus máquinas es simple, así como estas son competitivas y están al primer nivel en cuanto a técnica.  
  • Estimular la creatividad y adquisición de habilidades. Muchas de las actividades que se realizan en los campamentos tienen una base pedagógica, con ello se busca la incentivación de soluciones creativas, a la vez que se incentiva la imaginación y se desarrollan destrezas y habilidades, se aprende a llenar el tiempo libre con juegos y pruebas en equipo, como construir un pequeño refugio, improvisar una obra de teatro, seguir pistas para encontrar el tesoro del pirata, saber argumentar durante una conversación, etc. En fin, el juego en equipo hace que se valoren las amistades y se evite el aislamiento y la actual dependencia de la tecnología. 

Los principales riesgos de la adolescencia

Según datos facilitados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren en el mundo unos 1,3 millones de adolescentes por múltiples causas, entre las que se encuentran principalmente las siguientes:

  • Accidentes de tráfico. Durante el año 2019 en España han fallecido 1.098 personas en accidentes de tráfico, de las que un 10 % corresponden a personas jóvenes comprendidas en la franja de edad entre 15 y 24 años. 
  • Sida. Esta etapa final del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida ocurre cuando el sistema inmunitario del cuerpo está muy dañado por el virus. Aunque actualmente el número de muertes se ha reducido considerablemente, todavía hay 2 millones de adolescentes con VIH en el mundo.
  • Suicidio. La depresión, el alcohol, las drogas… podrían estar detrás de los 349 suicidios de jóvenes y adolescentes ocurridos en España en 2019.