¿Qué ver en Burgos?

Burgos es uno de esos tesoros patrimoniales e históricos de nuestro país que vale la pena visitar al menos una vez en la vida. Ya no solo la ciudad, sino su entorno, albergan lugares de interés que seguro te sorprenderán. Un destino indicado para planificar una escapada turística, o mejor, unas pequeñas vacaciones, porque Burgos no te lo comes en un fin de semana.

El desarrollo de Burgos en la baja edad media va unido al camino de Santiago. Atravesada por el camino francés, el que Carlos V llegó a calificar como la Calle Mayor de Europa, al trasiego de los peregrinos creció una ciudad medieval que terminó por dar la espalda a la agricultura y se centró en el comercio y en la artesanía. En las calles del actual casco viejo se agrupaban artesanos de todo tipo que ofrecían sus productos y servicios al viajero.

Su enclave privilegiado en el camino de Santiago es lo que hizo que la ciudad se fortificara y que se levantaran por doquier edificios religiosos, algunos de ellos, de los más grandes del país. La prosperidad que llegó a alcanzar la ciudad hizo que el reino de Castilla la tuviera muy en cuenta. En 1038, el rey Fernando I fijó en Burgos la capital del reino. En 1071, el rey Sancho II encerró en la mazmorra de palacio a su hermano para arrebatarle el reino de Galicia y anexionarlo a Castilla. A la muerte del rey, su hermano menor, Fernando VI, quien le sucedió en el trono, cedió los terrenos del palacio a la iglesia para que se levantara sobre ellos la catedral.

En Burgos, los reyes católicos planificaron la anexión del reino de Navarra antes de conquistar Granada y se promulgaron las Leyes de Burgos, las primeras que ideó la monarquía para su aplicación en el nuevo mundo.

Burgos es uno de los principales destinos turísticos de Castilla y León. Si viajas allí no tendrás problemas para encontrar alojamiento. Sin embargo, Eva Avedaño, una vecina de la zona, nos recomienda, que si queremos estar tranquilos, nos alojemos en una de las múltiples casas rurales que hay por los alrededores, como la del Camino Blanco, en Ibeas de Juarros, un pueblo de 1300 habitantes a  10 kilómetros de la capital. Desde allí no solo podemos planificar las visitas a Burgos, sino también a su entorno.

Estos son algunos de los lugares que te proponemos visitar.

La ciudad de Burgos.

Dice el blog de viajes Viajeros Callejeros que el casco antiguo de Burgos es el epicentro perfecto desde el que abordar la visita a la ciudad. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en él encuentras casi medio centenar de edificios y monumentos históricos, principalmente de las épocas del Gótico, del Renacimiento y del Barroco. Esta es solo una pequeña muestra de lo que puedes encontrar:

  • La catedral.

Considerada una de las catedrales góticas más emblemáticas de nuestro país. Comenzó su construcción en 1221 y se concluyó en 1260. Tanto su planta como su fachada están inspiradas en el gótico francés, fruto de la influencia que traían los peregrinos que llegaban por el camino de Santiago. Cada año la visitan más de 300.000 turistas. Entre sus atractivos, por inusual, se encuentra el reloj del Papamoscas. Una especie de reloj de cuco situado en la fachada principal, con un autómata, que cada hora en punto mueve el badajo de una campana.

  • El Monasterio de las Huelgas.

Es uno de los monasterios más grandes de España y forma parte del Patrimonio Nacional. Fue levantado en 1189 y pertenecía a la orden Cisterciense. En él se encuentran enterradas algunas de las principales personalidades de la nobleza y realeza castellana. En la actualidad, una parte del edificio alberga el Museo de Las Telas Medievales. Un museo que recoge la indumentaria utilizada por la nobleza castellana en los siglos XI, XII y XIII y el Pendón de las Navas de Tolosa. Un estandarte arrebatado a los árabes en aquella batalla histórica, que está considerado como el tapiz almohade mejor conservado del mundo.

  • La Cartuja de Miraflores.

Se trata de un conjunto arquitectónico religioso de tres kilómetros de longitud, ubicado en pleno centro de la ciudad, en el Parque de Fuentes Blancas. Procede de una donación de la corona castellana a la orden de los cartujos, en concreto, de un antiguo palacio de caza, que se entregó a la iglesia con la intención de que albergara en su interior la tumba de los padres de Isabel La Católica: Juan II de Castilla y su esposa Isabel de Portugal. En su construcción participaron algunos de los mejores arquitectos, escultores y pintores de la época, como Simón de Colonia y Pedro Berruguete.

  • El Arco de Santa María.

Es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Cerca del puente medieval sobre el río Arlazón, en el actual Paseo del Espolón. Este majestuoso arco constituía una de las 12 puertas abiertas en la muralla que daban acceso a la ciudad. La puerta fue remodelada entre los siglos XIV y XV, presentando en su fachada la estatua de Carlos V, la del Cid Campeador y la de otros personajes históricos de la ciudad.

El yacimiento de Atapuerca.

A tan solo 15 kilómetros de Burgos está el yacimiento arqueológico de Atapuerca. Uno de los yacimientos prehistóricos más importantes del mundo.

Dice la revista National Geographic que los primeros restos prehistóricos en la sierra de Atapuerca se encontraron casi por casualidad. A finales del siglo XIX se creó la línea ferroviaria que unía Burgos con Bilbao. Se trataba de una línea de mercancías que resultó ser un fracaso. En 1911 se cerró y se removieron las vías. En ese proceso aparecieron restos prehistóricos que llamaron la atención de historiadores y arqueólogos de la época.

No es hasta 1964 cuando el profesor Francisco Jordá se toma en serio las excavaciones. Su trabajo lo continúa en los años 70 y 80 el paleontólogo Emiliano Aguirre. Quien suma a su equipo a Juan Luis Arsuaga, Eudard Carbonell y José María Bermúdez de Castro al descubrir que aparecen restos humanos diferentes, pertenecientes a la misma época.

En Atapuerca se produce un fenómeno asombroso. Conviven en el mismo tiempo histórico y en la misma área geográfica el Homo sapiens y el Homo Neandertal, que posteriormente quedó extinguido.

Los hallazgos descubiertos indican que el Homo Neandertal era más grande, más fuerte y con una mejor constitución física que el Homo sapiens. Sin embargo, el primero desaparece y el segundo evoluciona. En apariencia, su capacidad craneal no dista mucho. Esto abre una hipótesis sobre la evolución de nuestra especie. Al parecer, por los objetos encontrados, el Homo sapiens desarrolla una sociedad más compleja, con una mayor división del trabajo, lo que hace que sobreviva a su coetáneo.

Un descubrimiento apasionante que arroja luz sobre el origen de la humanidad. En la actualidad se puede visitar una parte del yacimiento de Atapuerca. Algunos de los restos arqueológicos están expuestos en Centro de Arqueología Experimental CAREX, en Ibeas de Juarros, y otra muestra extensa se encuentra en el Museo de la Evolución Humana, en Burgos. En Salgüero de Juarros, otro pueblo de la comarca, está el centro de interpretación Paleolítico Vivo, una recreación de la vida en Atapuerca en la época del paleolítico, supervisada por el equipo de Atapuerca.

El legado del Cid.

Uno de los personajes más representativos de la ciudad de Burgos es Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Una de las figuras históricas más importantes de la reconquista. Encumbrado en la edad media por El Cantar del Mío Cid, romancero que representa una de las mejores muestras de la literatura medieval en España. Recordado por hazañas como la conquista de Valencia.

Frente a lo que se piensa, el Cid no fue ningún personaje ejemplar. Aunque de origen noble, en realidad se trató de un mercenario que, tras formar un ejército, vendía sus servicios al mejor postor. Igual servía a las órdenes del rey de Castilla, que se ponía a disposición de la Corona de Aragón. El Cantar del Mío Cid fue una auténtica operación de marketing para encumbrar su figura y convertirlo en un mito popular, lo cual le favorecía a la hora de vender sus servicios. No es que él encargara que se escribiera el texto, pero sí recoge muchos mitos y leyendas que se fraguaron en torno a su persona, algunos de ellos, incitados.

El Cid nació en Vivar, una aldea que cuenta hoy con 350 habitantes y donde está abierto al público el Convento de Nuestra Señora del Espino, edificio que conservó durante siglos el manuscrito original del Cantar del Mío Cid.

El Cid está enterrado en el interior de la Catedral de Burgos, donde se puede visitar su tumba. También en Burgos, delante del puente de San Pablo, se encuentra una escultura ecuestre que recuerda su memoria. Si te interesa el personaje, existe una ruta sobre el Cid que recorre los lugares de la ciudad más relacionados con su figura.

Si quieres un viaje enriquecedor, visitar Burgos es un destino idóneo.