Os juro que siempre he sido un hombre tranquilo, amable, buen padre y esposo. Pero tenía un problema que me hacía no ser perfecto. Roncaba como un oso. Y yo lo reconozco porque hasta mi escuchaba. Aunque es cierto que toda mi familia ya se encargó de grabarme, ahora con los móviles es fácil, para dejarme retratado.
Yo la verdad es que lo sentía por ellos, pero también por mí. Pensaba que cualquier día no iba a despertar de esos sueños que era más profundos que los que tenía Blancanieves en el cuento. Y es cierto que al principio Marta, mi mujer, os la presento, se lo tomaba con humor. “Pareces una motosierra”, me decía entre risas. Pero con el tiempo, las noches se convirtieron en una tortura y las risas se convirtieron en golpes en el costado. Y ya os digo que eso no mola.
Marta dormía al principio con tapones, y no fueron suficiente, luego se pasó al sofá, y finalmente, en el cuarto de los niños. Mis hijos, pobrecitos ellos, también empezaron a quejarse. Sobre todo en los viajes familiares, cuando íbamos a los hoteles y lo de compartir habitación era impensable. Al final dormía solo y la verdad es que eso no era imagen de familia. Luego me enteré que muchas parejas se separan por esto y lo veo normal.
Al límite
La verdad es que la cosa estaba al límite. Todos estaban agotados, irritables y sin saber qué hacer. Incluso yo mismo ya empecé a notar que se levantaba cansado, con dolor de cabeza y somnoliento durante el día. Vamos que algo en mi cuerpo no estaba bien, eso estaba claro.
Un día, por casualidad, vi un anuncio en Internet de una clínica dental especializada en apnea del sueño. Benditos cookies que en esta ocasión fueron la solución. Decidí probar en la clínica Dental Clara Santos, he de reconocer que casi sin esperanzas.
Pero oye, allí me explicaron que sus ronquidos podían ser un síntoma de apnea del sueño y me ofrecieron un tratamiento sencillo: el sistema Apnia.
Una solución innovadora
Consiste en una solución que en estos momentos es única para el diagnóstico y tratamiento de la apnea del sueño y la roncopatía. Este sistema incluye un aparato electrónico avanzado, yo diría muy avanzado, para estudios del sueño, un software específico para análisis diagnóstico y un aparato intraoral diseñado para tratar al paciente de manera efectiva.
Este enfoque integral, lo que nos hace es asegurar una atención completa desde la evaluación inicial hasta el tratamiento de la apnea del sueño, y esto es algo que los profesionales te dejan claro.
Este Dispositivo Intraoral APNiA (DIA) es una férula especial que abarca ambos maxilares, conectados por tensores. Estos tensores previenen la retracción y facilitan el avance mandibular, contribuyendo a reducir la frecuencia de las apneas y el ronquido en los pacientes. Y claro, ahora se aprovechan las nuevas tecnologías, y este dispositivo Apnia cuenta con un software avanzado que facilita la identificación, simple y confiable de la existencia y gravedad de trastornos del sueño, permitiendo una comunicación efectiva y fluida con otros profesionales médicos mediante la elaboración de informes personalizados. Vamos, que tienes todos los datos para controlar que está pasando en tu cuerpo durante la noche.
Un cambio increíble
Después de unas noches de adaptación, el cambio fue increíble. Por primera vez en años, dormí profundamente… y en silencio. Aunque los que mejor durmieron fueron los componentes de mi familia. Marta volvió a su cama, los niños dejaron de quejarse y los viajes familiares ya no fueron un drama.
Y sí, tengo que reconocer que recuperé mi energía, mi humor y, sobre todo, la calma en mi casa. Por eso, cuando escucho a mis amigos que dicen que les da lo mismo roncar, muchos de ellos usan la típica broma de cuñado. “Yo no ronco, no me escucho”, pues vale, algún día lo mismo se lo vas a tener que decir al abogado porque tu mujer se va a cansar de ti y te va a pedir el divorcio.
Por este motivo, espero que mi experiencia haya servido para cuando pensemos que tenemos un problema de apnea, nos lo tomemos en serio y lo que hagamos es ponernos en manos de profesionales. Está comprobado que si se coge con tiempo, el problema del ronquido se puede solucionar. Aunque lo más claro es que es un problema de salud que puede derivar con otras consecuencias.
Desde entonces, y ahora si que me puedo permitir este chiste, cada vez que alguien menciona los ronquidos, yo digo: “A mí, una clínica dental me salvó la vida… y el matrimonio”. Y lo sabes.
