Psicopedagogía en familia

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Acudir al psicopedagogo en familia puede tomarse como una actividad familiar en lugar de como una terapia. En muchas ocasiones, estas sesiones resultan divertidas y amenas, convirtiéndose en un hilo conductor para mejorar las relaciones familiares entre otros aspectos. Entendiendo esta disciplina como una ciencia social que se ocupa del estudio derivado de los procesos de aprendizaje y la enseñanza. Se trata de una disciplina desde la cual convergen dos ciencias: la psicología y la pedagogía, por lo que sus principios se basan en las investigaciones psicológicas envueltas por los diferentes procesos cognitivos, afectivos o los factores sociales. El estudio de estos procesos, en términos de conducta, se aplica a la metodología didáctica, el estudio de las emociones y la conducta.

Podemos decir que los objetivos de la psicopedagogía, centrada en los diferentes procesos del desarrollo cognitivo a lo largo de toda la vida, son tres: prevención, detección e intervención en los problemas que de aprendizaje que se puedan presentar en las personas.

Si nos pasamos al ámbito familiar, la psicopedagogía, no es otra cosa que la intervención psicopedagógica en dicho ámbito. Siendo la familia el principal escenario educativo y socializador, algo que saben muy bien en Cristina Hormigos Centro Psicopedagógico, especializados en intervención y reeducación psicopedagógica. Como decimos, el entorno familiar es el escenario principal, en sentido educativo y socializador, en el que se responde a las necesidades de cada uno de los miembros que la componen. Es el núcleo familiar el lugar en el que se debe propiciar un clima idóneo a la hora de favorecer el desarrollo integral de los pequeños y adolescentes.

De tal manera que en caso de que existan fallas en el entorno, la psicopedagogía familiar, ofrece terapias destinadas a mejorar los aspectos necesarios en la familia, tanto a nivel individual, como de pareja o en grupo. Orientación familiar, crianza y desarrollo, estudios y vocaciones o mediación familiar, son algunas de las terapias que se pueden encontrar.

Fortalecer los vínculos y como solucionar conflictos

Dentro de la psicopedagogía podemos realizar diversas terapias, siendo la orientación familiar uno de los procesos claves de esta disciplina. En este caso, se trata de un proceso dirigido a toda la familia, en el que es posible trabajar tanto a nivel individual como en pareja o grupo. El trabajo consiste en fortalecer los vínculos y tratar de solucionar los problemas o corregir los patrones que dañan la funcionalidad como núcleo. Este trabajo se realiza en base a la comprensión, tanto propia como ajena.

Los profesionales de la rama, consideran este tipo de orientación como algo necesaria, sobre todo porque los cambios requieren aceptación. Hay que reconocer que estamos sufriendo cambios continuos como mudanzas, llegadas de miembros a la familiar, rupturas, etapas de desarrollo, etc. lo que implica entender que se trata de pasar por nuevos retos y adquirir nuevas responsabilidades. Lo que viene a ser que conlleva una reordenación del rol de cada miembro de la familia, afectando a su funcionalidad.

Una terapia de orientación familiar, ofrece las herramientas necesarias para que todos los miembros de una unidad familiar, en especial los papas y las mamas, desarrollen todo su potencial, con objeto de facilitar las habilidades de cohesión necesarias para superar los ciclos vitales. Con estas herramientas se adquiere la habilidad para entender los diferentes procesos y se fortalecen los vínculos.

En resumen, se trata de corregir errores y redireccionar las conductas que mejoren la comunicación, haciéndola efectiva y asertiva. Al mismo tiempo, se aprende a resolver los conflictos sacando provecho de los mismos y se equilibran las normas, se entienden actitudes y se llega a comprender porque hacemos las cosas, lo que conlleva un mejor entendimiento de la relación con los demás.

Otra de las consultas que más se hacen en los centros de psicopedagogía son las relativas a la crianza y el desarrollo. En ellas se aborda la llegada de un nuevo miembro a la familia y, por tanto, la adaptación del espacio, las dudas tempranas sobre los juguetes, la alimentación o el desarrollo. Los psicopedagogos, tratan los cambios o malas adaptaciones en el sueño y las comidas de los más pequeños, orientan respecto a las etapas evolutivas y ritmos vitales para saber si son adecuados y, ayudan en la entrada y adaptación a la guardería o el colegio. Lo que implica acompañar a los padres en el proceso, así como en las fases psicoemocionales más complicadas como pueden ser las rabietas.

En este aspecto, resulta importante tatar el tema de las nuevas relaciones que surgen en el entorno familiar a consecuencia de la llegada de un bebé, ya que cambian los roles de comunicación con la familia política y propia.

A continuación dejamos una lista de las formaciones psicopedagógicas familiares con mayor demanda, en cuestiones de crianza y desarrollo:

  • Llegada a casa del bebé.
  • Desarrollo infantil.
  • Movimiento libre e impacto en el desarrollo.
  • Diferentes maneras de aprender.
  • Reflejos primitivos.
  • Como se impone el género desde la infancia.
  • Pantallas y sus consecuencias.
  • Estilos de apego infantil.
  • Rabietas y berrinches.
  • Género y sexualización.
  • Desarrollo adolescente.

De todo esto se deduce que la psicopedagogía familiar ofrece numerosas posibilidades destinadas a facilitar el conocimiento interno de una familia y actuar en consecuencia, para establecer una buena comunicación y fortalecer los lazos. Llevar a cabo este tipo de terapias o tratamientos, resulta a todas luces una actividad que para muchos, es imprescindible a la hora de adaptarse y readaptarse, puesto que, todo empieza y termina en el núcleo familiar.

Con esto no queremos decir que todas las familias necesiten acudir al psicopedagogo, aunque si podemos afirmar que la mayoría, sacarían provecho de este tipo de sesiones.

Vocación, estudios y mediación familiar

Estudiar es algo obligado en esta sociedad. Nos guste o no, tenemos que recibir una formación académica elemental. Tener estudios es algo que favorece al individuo y le ayuda a crecer como persona, además de formarse académicamente. Pero una cosa es estudiar lo que toca y otra, la vocación. La vocación se liga a los estudios per va mucho más allá de lo que se estudia, el interés nace de dentro.

En los hogares es muy habitual obviar las vocaciones de los hijos. No siempre se sabe estar a la altura adecuada para poder guiar o apoyar a los hijos en este sentido. Los que ya hemos estudiado y lo hacemos de forma continua por amor al aprendizaje, sabemos que estudiar es mucho más complejo y complicado que el hecho de sacar buenas o malas notas. Saber estudiar juega un papel importante en la autopercepción, por lo que, en caso de encontrarse con la desmotivación en los estudios, ese momento en el que se dice “está perdido”, se uno al desconocimiento familiar de la vocación. Lo que realmente el hijo o hija “quiere ser de mayor”

Cunando se produce este choque, llegan los cursos que se repiten, las notas cambian, los hábitos y metodología de estudio resultan ineficaces. En algunos casos se llega a cambiar el colegio o instituto, se producen continuas tutorías o reuniones con los profesores que los progenitores no entienden o las que no saben enfrentarse y, lo peor de todo, los mitos sobre su futuro académico en la adolescencia. Momento clave de la vida en el que impera la desorientación y los retos. Ante esta situación hay que procurar que el adolescente destierre esos mitos para que comprendan que de mayores, sean lo que sean y se dediquen a lo que se dediquen, deben ser felices.

Todo lo expuesto nos lleva directamente a la labor de la psicopedagogía en lo que respecta a la mediación familiar. De hecho, hablamos de psicopedagogía familiar y, aunque los tipos de orientación citados, se centran en la familia, tratan aspectos más concretos de la misma. En el caso de la mediación familiar, se centra en los procesos en los que los conflictos son el pan de cada día, a consecuencia de hechos como la separación de los padres. Dicha situación, requiere que los padres se pongan de acuerdo en todo lo relativo a la crianza, educación y gestión de los hijos e hijas. Para ello, contar con una persona externa que pueda ser clara y objetiva a la hora de establecer acuerdos, puede ser la clave de que todo fluya como es debido.

Este tipo de mediaciones realizadas desde la psicopedagogía, hace posible que las parejas y exparejas, pues no siempre se trata de llegar a acuerdos en caso de separación, solventen situaciones complicadas de todo tipo: divorcios definitivos, separaciones recientes, familias reconstruidas, etc. Poniendo el foco en el cuidado de los hijos e hijas.

Los puntos que más suelen tratarse en este tipo de consultas son los temas relativos al manejo de la nueva situación, siempre desde el punto de vista más positivo. Los horarios, vacaciones, normas de convivencia, elección del colegio o aceptación del nuevo sistema familiar son algunos de los puntos que se tratan en la medición familiar, con objeto de mejorar las relaciones, la convivencia y el desarrollo a nivel familiar.

En definitiva, podemos concluir que la psicopedagogía familiar puede convertirse en una actividad de lo más constructiva para las familias, tanto las que necesitan reconstruirse, como las que buscan fortalecerse.

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